Despejemos la duda de esta vida y vayamos directamente al gusto de vivir, de sentir, me dejare llevar por colores, sensaciones y tal ves por mi corazón o por mis ojos, si... un poco de superficialidad pero nada de que preocuparse.
Bonito mientras duro, tranquilizante cuando hacia de su presencia mi escapatoria.
Y angustioso en el momento en el que se fugaba de entre mis manos, sin dejar el mínimo ápice de su figura.